El calamar gigante podría ser más grande que un autobús escolar
Si es verdad lo que afirma un estudio nuevo y muy
impugnado, podría haber calamares gigantes de hasta 20 metros de largo
en mar abierto.
Ese cálculo equivale a casi el doble de algunos hallazgos previos,
los cuales han situado la longitud total máxima de la bestia en 10 a 13
metros.
“Mucha gente cree toda clase de cosas sobre los calamares gigantes, [desde] que fue el kraken
hasta que es muy pequeño; y en realidad, no es lo que dicen las
evidencias”, afirma Charles Paxton, ecólogo estadístico de la
Universidad de St. Andrews, Escocia, y único autor del estudio.
Los resultados de Paxton, publicados el 17 de mayo en Journal of Zoology, han desatado una controversia de dimensiones tan monstruosas como el propio kraken: dado que, hasta el momento, no hay pruebas físicas de que el calamar gigante (Architeuthis dux) llegue a ser tan grande como asevera Paxton, algunos cuestionan la relevancia de su estudio en el mundo real.
“Este artículo sin duda hará que lo citen muy a menudo, pero no será
por razones deseables”, escribió Steve O’Shea, experto en calamares
gigantes, quien no intervino en el estudio.
Desentrañar al gigante
Architeuthis, el calamar gigante, es uno de los animales
marinos más fascinantes y esquivos del mundo. Tanto, que los
investigadores aún desconocen mucho de su biología básica, como su ciclo
vital, su reproducción, y la medida exacta de su tamaño máximo.
“Determinar el tamaño que alcanza un animal grande puede parecer cosa
fácil, y sin embargo, es bastante complicado de precisar con animales
difíciles de obtener o de criar en cautiverio, como Architeuthis”, escribe Liz Shea, del Museo de Historia Natural de Delaware, experta en moluscos quien no participó en el estudio.
En octubre de 1965, un calamar gigante de 6.5 metros de largo flotó hasta la Bahía de Trinity, Canadá.
Foto: Robert Sisson, National Geographic
Foto: Robert Sisson, National Geographic
Para poner a prueba a Architeuthis, Paxton reunió los datos de más de un siglo de avistamientos de calamares gigantes, cadáveres varados, y restos recuperados de estómagos de cachalotes. A continuación, determinó las variaciones de tamaño del manto –el cono muscular que compone la mayor parte del cuerpo del calamar- y el pico, semejante al de un loro.
Paxton se apoyó, sobre todo, en la información de un calamar enorme arrastrado por la marea a la costa de la Bahía de Lyall, Nueva Zelanda, en 1879, y cuyo manto supuestamente midió 2.7 metros de largo, uno de los más grandes jamás registrados.
Al extrapolar las tendencias de tamaño observadas, Paxton calculó una posibilidad de 99.9 por ciento de que un calamar con un manto de dimensión similar pudiera medir entre 5.8 y 27.5 metros de largo, desde la punta del manto hasta el extremo de los tentáculos.
Si bien Paxton reconoce que su límite superior “podría ser un poco exagerado”, agrega que las estadísticas dan cabida, conservadoramente, a calamares de por lo menos 20 metros de largo.
La razón es que puede haber cientos de miles de calamares gigantes y, por cuestión de probabilidad, puede haber unos cuantos individuos excepcionalmente grandes.
“Estaba seguro de que hubo calamares reales más largos de lo que decían los expertos”, añade Paxton, quien atribuye el escepticismo de sus críticos a una “mala documentación de su parte”.
“Contaminación de la literatura”
Con todo, los expertos cuestionan el uso que Paxton ha dado a la literatura del pasado.
Shea y O’Shea expresaron inquietudes sobre la confiabilidad del informe de Bahía de Lyall, señalando que la medida del gladius –la estructura que da sustento al manto- es 90 centímetros más corta que la del manto.
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